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miércoles, 9 de marzo de 2011

Primer capítulo parte 7

Primer capítulo:
Un insoportable pitido la despertó. Tanteó la mesita de noche, todavía algo desorientada para tratar de apagarlo. Cuando por fin sus manos encontraron el botón, le propinó un golpe para callarlo. Odiaba el sonido de ese despertador, pero por desgracia era el único que la levantaba.
Miró los número digitales que marcaban las diez de la mañana ¿Cómo era posible? Estaba segura de que lo puso a las ocho como cada día.
En cuanto estuvo vestida salió corriendo de su casa.
                    ……………….
  -Parece que a la inspectora se le han pegado las sábanas- dijo Huxley con una sonrisa burlona.
  -Ayer puse mal el despertador.
  -¿No tienes una excusa mejor?- dijo Hughes.
  -No es una excusa, es la verdad ¿Tenemos algo?
  -No, ha llamado Brook, dice que sigue sin reconocer el arma pero que va intentar que los de informática le hagan una simulación a ordenador- dijo Huxley.
  -Además me he molestado en llamar a la amiga de la víctima,  que era la única que sabía que Isabel solía ir al puerto y dice que no le dijo nada a nadie sobre eso- informó Hughes.
  -Entonces si que tenéis cosas. Me alegro de que no hagáis el vago cuando me retraso.
  -Ya sabes que somos profesionales- dijo Huxley.
  -Claro, claro…- le respondió ella.
Caminó hacia la cafetería. Con la carrera de esa mañana no había ni desayunado. Se sirvió un café solo y sin azúcar. Le gustaba el agrio sabor del café natural, sin que lo estropeara el sabor del azúcar.
  -Solo y sin azúcar, sorprendente- dijo Hughes.
  -Me gusta así. Amargo y fuerte.
  -Dicen que la forma de tomar el café es un reflejo de la personalidad.
  -¿Crees que soy amarga?- dijo Aby poniéndose frente a él.
  -No, no quería decir eso.
Parecía nervioso. No era eso lo que quería decir, pero la había cagado hasta el fondo.
  -¿Entonces que querías decir?
  -Pues…yo quería decir que…
  -Déjalo.
Dio media vuelta y salió de la cafetería con su taza ardiendo en la mano. No se había enfadado, realmente esos comentarios los había recibido desde que llegó a la comisaría y le resbalaban ¿Por qué haberlo escuchado de la boca de Hughes iba  a ser diferente? Claro que no, pero en realidad le había sentado mal, por primera vez.
Se sentó en su silla granate de oficina y comenzó a beber de su taza a pequeños sorbos.
  -¿Te ha molestado lo que te he dicho?
  -No- dijo ella mientras miraba unos papeles.
  -No quería decir eso…
  -Déjalo. No estoy enfadada, es más lo comentarios de ese tipo me dan igual, me preocupa más saber que hay un asesino suelto que tus disculpas.
  -Se puede oler la tensión en cuanto entras- dijo Huxley- ¿Qué pasa?
  -Nada- zanjó Aby- ¿Qué tienes?
  -Noticias del señor Brook, nos espera en el laboratorio.
  -Pues vamos- dijo ella cogiendo su chaqueta de cuero marrón.
Hughes caminó detrás de ella. Cuando se dio cuenta se giró y se paró en seco delante de él.
  -Tú te quedas por si pasa algo.
  -Ya nos avisará alguien de la comisaría. Prefiero acompañarte.
  -Ya, pero lo que prefieras me da lo mismo, ahora te quedas aquí y ya está ¿lo entiendes?
Asintió decepcionado con la cabeza y se dio la vuelta hacia su mesa. Un asalto más en la puntuación de Aby, aunque no se sentía demasiado bien por su victoria.
  -¿Por qué le has hecho eso?- dijo Huxley mientras caminaban hacia el laboratorio.
  -¿El que?
  -No te hagas la tonta, no le has dejado acompañarnos.
  -Era por si nos llamaban nada más.
  -Están los otros agentes.
  -A  veces se les pasan las cosas.
  -Ya, será por eso…
                       ……………
El laboratorio de Brook apestaba a alcohol etílico y a desinfectante. Ese aroma  agrio era una de las cosas a las que Aby no había logrado acostumbrarse tras tantos años de trabajo. Siempre que entraba se fijaba en las blancas paredes y en las luces del techo parpadeando de lo usadas que estaban. Las camillas metálicas se acumulaban por los pasillos, cubiertas por protectores verdes que cubrían los cuerpos. No era un lugar demasiado agradable para visitar, pero solo ahí te dabas cuenta de la realidad de la vida y de su fugacidad, del paso del  tiempo a veces tan lento y predecible, y otras en que te dabas cuenta de que cualquiera puede parar ese tiempo a voluntad.

Brook les estaba esperando en un pequeño despacho, revisando los papeles.
  -¿Tienes la simulación a ordenador? –preguntó Aby.
  -Imposible, no tengo medios. Los únicos que me podrían echar un cable trabajan en el FBI y no puedo meter mano en esos temas.
  -¿Entonces para que nos has hecho venir?- dijo ella irritada.
  -Seguro que no era para gozar de tu amabilidad inspectora ¿se ha levantado con mal pie?
  -¿Para que hemos venido?
  -Yo solo soy un humilde forense sin poder, pero tú a lo mejor puedes hacer algo para que el FBI nos de una ayudita.
  -Eso se puede decir por teléfono.
  -Pero el teléfono es frío y lejano, no tiene la familiaridad de una conversación cara a cara. Te he dejado una copia del informe de la autopsia en la entrada, seguramente lo necesitarán.
  -Yo tampoco se si podré hacer mucho Brook, pero no estoy para perder el tiempo así que la próxima vez que te aburras te compras un libro.
Se dio la vuelta y cogió la carpeta que había en la entrada. Su compañero se mantuvo de pie en la puerta del laboratorio.
  -Pase una buena mañana inspectora- dijo el forense con sarcasmo.
  -No la hagas enfadar más- respondió Huxley.
  -¿Se puede saber que le pasa hoy?
  -Pelea con Hughes, siempre la ponen de mal humor. Por cierto me ha llamado la atención ¿Por qué hay tanto cadáver ahí fuera?
  -Una pelea de bandas, no tengo bastante sitio en los refrigeradores así que los tengo fuera.
  -¿Quién se está encargando del problema?
  -Los de bandas, todo el día dicen estar agobiados ¡Agobiado yo que tengo que hacer las autopsias a estos pandilleros!
  -Vamos Brook no te quejes, si en el fondo es tu vocación.
  -Ya os llamaré si tengo algo bueno de verdad, no quiero que Weaver me haga estar al otro lado de la camilla.
  -Eres el mejor forense de la ciudad, le costaría más buscar a alguno mejor que tú.
  -Esa es la razón por la que aún no me ha pegado un tiro.
  -Si.
  -Pues entonces me pondré a trabajar por si cambia de idea.
Hughes salió de la sala. Ahora todo el recinto parecía una nevera gigante. Se estremeció al pasar por delante de uno de los conductos de aire acondicionado que funcionaban a gran intensidad.
  -¡Huxley!- gritó Aby desde el otro lado de la puerta- han encontrado un cadáver en Lincoln Square.
                        ………………
El cadáver estaba sobre el húmedo césped de un parque privado y su rapa estaba húmeda. Unos policías estaban interrogando a la mujer que la había visto. Estaba nerviosa e impresionada. Había bajado a pasear a su perro y se encontró con el cadáver.
  -¿Qué tenemos Hughes?- preguntó ella.
  -Mujer, unos 28 años, ni cartera ni teléfono.
  -¿Un robo fallido?
  -Lo dudo, lleva un reloj bastante caro. Además el bolso está, lo que no hay es cartera.
  -Está bien, diles a los forenses que saquen huellas y se lleven el cadáver al laboratorio. Quiero que rastréis la zona en busca de algo que nos sirva para pillar al que hizo esto.
  -Según un vecino limpian el parque todos los días a las diez y media- dijo Huxley.
  -¿Y me quieres decir que el que limpiaba no se dio cuenta de que había un cadáver en el parque?
  -Ni idea, habla tú con él.
Aby se alejó a un banco que había en la otra parte del parque, bajo un enorme árbol. Un hombre de edad avanzaba gesticulaba nervioso a un agente de policía.
  -Ya me ocupo yo- dijo Aby, invitando al policía a marcharse.
  -Soy la inspectora Weaver de la policía ¿trabaja usted en este edificio?
  -Si, pero ya le dije al guardia que no vi nada. La señora que paseaba al perro bajó sobre las once y cuarto.
  -Según me han dicho usted limpia el parque a las diez y media. No es una zona muy amplia que digamos ¿Por qué empezó a limpiar tan tarde?
  -Yo llegué a mi hora. Pero llamé a mi hijo para ver como le había ido la operación a su mujer. Me entretuve hablando y se hizo tarde.
  -Tendrá que acompañarnos a comisaría.
  -Les juro que no hice nada.
  -Tenemos que comprobarlo, las cosas funcionan así. Si quiere puede llamar a un abogado.
  -No, no creo que me haga falta.
Aby se levantó del banco y se alejó. El hombre metió la cara entre sus manos y un agente lo llevó hacia el coche de policía.

4 comentarios:

  1. Bueno al fin me puse al diajajajaja. He de admitirque este tipo de historias policiacas solo me gustan en la televisión , pues leerlas se me hace muy raro, pero la tuya me ha enganchado :) Espero el iguiente capitulo :)

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  2. El miercoles intentare subir capitulo :) Muchas gracias, es bastante dificil escribir novela policiaca con 16 años, pero lo intento :)

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