Un agente se acercó a los policías vestido con el uniforme azul característico.
-Brook quiere que vaya inspectora.
-¿A nosotros no nos invita?- dijo Huxley.
-Claro que no idiota, solo le interesa ver a la joven y preciosa inspectora- le dijo Hughes.
-Vamos- dijo ella sin poder evitar la sonrisa.
Brook iba ahora con su bata blanca de forense, ataviado con la limpieza de algunos utensilios quirúrgicos.
-No sabía que vendría con sus guardaespaldas inspectora.
-Son mis compañeros y me ayudan con la investigación.
-Te lo dije- le susurró Huxley y Hughes.
Los dos rieron y Brook les miró con desprecio.
-¿De que se ríen ese par de monos con placa?
-De nada, no les hagas caso son como adolescentes ¿Qué tenemos?- dijo ella desviando la conversación.
-Como dije la causa de la muerte es ruptura de cuello, rápido y limpio. Tiene una moradura alrededor del cuello y una marca de presión en el lado izquierdo de la cabeza.
-¿Con que le han hecho eso?
-Eso es lo raro. He mirado en mi base de datos y no coincide con ningún instrumento conocido. Por lo que yo he averiguado parece una especie de palo sólido con un semicírculo que rodea el cuello.
-¿Y como se supone que la mató?
-Las marcas muestran que estiró el cuello de la chica y luego lo giró, la madera se encargó de partirlo.
-Pero las marcas del cuello no muestras rozaduras que podría hacer una madera o un metal.
-Muy astuta inspectora, pero como comprobará la supero en experiencia. Creo que la base semicircular que se enrolla al cuello debe de estar recubierta con algún tipo de tejido.
-La descripción no concuerda con nada que conozca.
-Ni yo inspectora, y créame, he visto matar a gente con las cosas más extrañas pero esta se lleva el primer premio.
-Al menos no sufrió- dijo Hughes.
Brook lo volvió a mirar con despreció y se acercó a él.
-Si quiere ser un buen policía, aprenda a alejarse muchacho, sino el trabajo le consumirá.
-Para Brook.- dijo Aby.
-¿Qué hago con las cosas de la víctima?
-¿Qué son?
-Un par de pulseras de oro, un trozo de tela roja, un papel, un llavero y unos pendientes.
-¿Tienen huellas?
-No.
-Pues si no tienen relevancia guárdalas por ahí.
Aby cogió del brazo a Hughes para sacarlo del laboratorio. Se había quedado paralizado ante la crítica de Brook.
-¿Es cierto que hay que alejarse tanto?- preguntó.
-Es lo mejor, de normal en este trabajo no ves demasiadas sonrisas, ver siempre los peores momentos de las personas y lo que son capaces de hacer te hace cuestionarte muchas cosas- le dijo Aby.
El sol ya estaba a lo alto del cielo y brillaba sin una sola nube que tapara su luz. Parecía una postal veraniega si no hubiera sido por el frío helador y los montones de nieve que había por la acera. Nueva York en invierno era estupendo si ibas andando, pero con el frío la gente cogía los coches y el tráfico era mayor que de costumbre.
-Ese hombre es un ególatra- dijo Hughes rompiendo con el monótono silencio del viaje.
-Tiene ese carácter, pero es bueno- dijo Aby.
-¿Es eso lo único que te importa Weaver?- respondió indignado.
-Si, porque no me voy a ir con él de excursión al monte una semana. Mientras haga las cosas bien me basta.
-¿Y que pasaría si uno de nosotros fuera un imbécil? ¿También te daría igual?
-No, porque con vosotros estoy todo el día, pero a él como mucho lo veo una hora diaria.
Hughes se enfurruñó en el asiento de atrás y Aby sonrió por su facilidad para enfadarse.
-Pero si, tienes razón, es un ególatra.
Hughes sonrió satisfecho de tener razón y de que se la dieran. Siempre buscaba la aprobación de sus compañeros, sobretodo de Weaver. Quería aprender de ella y se le notaba. A veces se quedaba mirándola mientras trabajaba y Aby le soltaba algún bufido para que la dejara en paz. Pero últimamente ni eso le distraía. La estudiaba a fondo y Aby se sentía como un conejillo de indias en un laberinto.
…………………….
-A veces me pone nerviosa- dijo Aby a Huxley cuando Hughes no estaba- me observa como si fuera una pieza de museo.
-Solo quiere aprender de ti- le contestó él.
-Cuando empezamos a trabajar tú y yo no me mirabas así.
-Los dos éramos novatos, no tenías nada que enseñarme.
-Igualmente es molesto.
-Pues yo creo que simplemente lo hace porque es así. Así que no le des importancia y disfrútalo.
Huxley levantó las cejas y sonrió a Aby. Ella le propinó un golpe en el antebrazo.
-Ni de broma.
Él sonrió dolorido mientras se frotaba el brazo.
-Hughes tenemos que buscar a Joel Harrison.
-¿Huxley no viene?
-No, le duele el brazo- dijo con una sonrisa sarcástica.
Harrison vivía con sus padres en un pequeño piso de Yorkville en la Primera Avenida. El edificio no tenía ningún tipo de estilo arquitectónico que lo caracterizara, simplemente era un enorme bloque de ladrillo con ventanas. Aby pensaba que si todos los edificios de Nueva York tuvieran algo de estilo, la ciudad se vería diferente y no sería tan monótona.
Ella y Hughes subieron en el ascensor. Aby aprovechó para arreglarse el pelo que se había alborotado con el aire.
-Hay que transmitir una buena imagen Hughes- dijo ella al ver que la miraba sorprendido.
-Claro, sino no confían en ti.
Ella abrió la puerta del ascensor y caminó por el pasillo hasta la puerta de Harrison. Tocó con unos golpes suaves, si tocabas con demasiada fuerza se asustaban y se ponían a la defensiva.
-Policía de Nueva York.
Una mujer de mediana edad, vestida con un delantal y un collar de perlas les abrió mientras se limpiaba las manos con un trapo.
-¿Quiénes son?
-Somos de la policía de Nueva York, él es mi compañero Hughes y soy la inspectora Weaver- dijo mientras sacaba su placa.
-Pasen por favor ¿en que puedo ayudarles?
-Buscamos a su hijo Joel Harrison.
-¿Qué pasa? ¿Ha hecho algo?
-Solo tenemos que hablar con él ¿puede decirle que venga?
-Si un momento, está en su cuarto ensayando.
Aby agudizó el oído y escuchó los acordes de una inexperta guitarra, aunque tenía talento y se notaba.
-¿Por qué siempre piensan que su hijo ha podido hacer algo?-dijo Hughes.
-Si tienes un hijo universitario que toca la guitarra y viene la policía a buscarle no es para darles una buena noticia.
-Si, tiene lógica.
El chico que apareció no era para nada como se había imaginado Aby que sería. Una chica tan sobria como Isabel no pegaba con un chico de media melena desaliñada, vaqueros rotos y cadenas.
-Son de la policía, tienen que hablar contigo-dijo su madre.
Se sentó enfrente de los policías. Ahora que estaba más cerca Aby pudo ver un piercing en su ceja y en su nariz ¿Qué demonios hacía ese chico con Isabel?
-Señora Harrison nos gustaría hablar a solas con su hijo- dijo Weaver.
-Por supuesto.
Y desapareció de la sala cerrando una puerta de cristal tras de si.
-¿Conoces a Isabel Jones?
-Si es mi novia ¿Por qué?
Aby hizo acopio de su valor. Decir a una persona que su pareja había muerto era difícil, pero cuando eran jóvenes era mucho peor. Ella notaba en sus caras como los deseos y planes para el futuro se perdían entre lágrimas. Los jóvenes vivían el amor como algo más intenso, no era lo cotidiano y todo era importante para ellos.
-La hemos encontrado muerta esta mañana en Bowery Bay.
Lo que se esperaba sucedió. El aspecto de tipo duro que mostraba el chico se perdió totalmente, estaba triste y asustado.
-Eso es imposible ¿Qué le ha pasado?
-Eso no importa ¿estabas bien con ella?
-Estábamos perfectamente, acabábamos de empezar a salir.
-¿Te habló alguna vez de su antiguo novio?
-Si, rompió con él por estar conmigo ¿ha sido él?
-No, él no fue. Siento la pregunta ¿pero que hacía una chica tan sobria como Isabel…?
-¿Con alguien como yo? Puede decirlo inspectora más me extrañó a mi. Nos conocimos hace unos meses y conectamos enseguida. Ella quería cambiar, ser libre…llevaba con Patrick desde el instituto y necesitaba algo diferente.
-Lo siento mucho Joel- dijo Hughes.
-No se quien ha podido hacerle eso, era una buena persona, no le decía nada malo a nadie.
-¿Tenía algún enemigo? ¿Alguien con quien no se llevara bien?
-No, nunca se metía en líos…Aunque si, alguien la odiaba, pero no creo que fuera ella.
-¿Quién?- preguntó Aby.
-Tamala Colin- dijo él- yo la dejé por salir con Isabel. Siempre que la veía le decía a Isabel que era una puta y una roba novios, que se las haría pagar.
-¿Cómo reaccionó Isabel?
-Se asustó, pero le dije que no se preocupara. Tamala es de palabras pero no de hechos.
-¿Algún día las amenazas llegaron a más?
-Un día le lanzó un papel cuando estábamos en la universidad los dos, le dijo que la mataría.
…………………
Tamala estaba sentada sin ningún tipo de elegancia en la sala de interrogatorios. Llevaba el pelo desaliñado y los labios pintados de negro. Sus medias estaban rotas al igual que casi todas las prendas que componían su inusual conjunto.
-¿Eres Tamala Colin?-preguntó Weaver.
-Si ¿y que?- dijo sin parar de mascar un chicle.
-¿Conoces a Isabel Jones?
-Si, esa zorra me quitó a mi novio.
- Por lo que se la amenazaste de muerte en repetidas ocasiones, y ahora ha aparecido muerta ¿algo que decir?
-Yo no la maté lo juro.
-¿Dónde estuvo anoche entre las doce de la noche y las cinco de la mañana?
-En una fiesta.
-¿Toda la noche?
-Si, hasta las seis más o menos, no me acuerdo estaba borracha.
-¿Dónde fue esa fiesta?
-En un bajo que hay en la calle Steinway.
-¿Alguien podrá confirmarlo?
-Pues no lo se inspectora, era una fiesta, la gente no está atenta.
-¿Estuvo sola durante la fiesta?
-No, pero a mucha gente no la conocía, creo que no dije mi nombre.
-Mira, si no encuentro nadie que confirme tu coartada estarás en un lío muy, muy gordo Tamala.
-Supongo que el que organizó la fiesta tiene una lista o algo.
-Está bien, te quedarás aquí hasta que confirmemos lo que nos ha dicho.
-¡Venga ya! Quiero largarme.
-Y yo pillar a un asesino, pero aquí mando yo.
Aby cerró la puerta dejando a la chica gritando y resoplando por la divertida estancia que le esperaba ahí metida.